Luis en la Cárcel y Francisco en el Panteón, todo por Liliana

por | Ago 9, 2024 | Tuxpan

ADVERTENCIA

Este artículo presenta los hechos de una manera narrativa y dramatizada, enfocándose en el desarrollo de una historia. Si prefieres un enfoque más directo y sin detalles estilizados, te sugerimos evitar su lectura. Esta presentación puede no ser adecuada para todos, especialmente para aquellos que prefieren reportajes estrictamente objetivos y libres de elementos literarios. Te recomendamos discreción.

El 3 de agosto, el Río Tuxpan reveló un secreto oscuro cuando un cuerpo flotó hasta el bulevar Reyes Heroles. Los ciudadanos, alarmados, llamaron al 911, y pronto los cuerpos de seguridad llegaron para sacar el cadáver del agua. Parecía ser una tragedia común, quizá un desafortunado borracho que había encontrado su final en las aguas traicioneras del río. Pero la verdad era mucho más inquietante.

El hombre fue identificado como Francisco Antonio Hernández Vélez, un nombre que resonó en Chisme Tuxpeño y en las calles de Tuxpan. Mientras algunos especulaban sobre la causa de su muerte, los expertos en opiniones improvisadas llenaban los comentarios con teorías sobre un ahogamiento accidental.

Sin embargo, la realidad emergió cuando los investigadores de la Fiscalía General del Estado de Veracruz comenzaron a desenmarañar los hilos de esa fatídica noche. Francisco Antonio no había caído al río por accidente. La noche de su muerte, entre la 1 y 2 de la madrugada, se encontraba en una palapa en Santiago de la Peña, en compañía de Liliana, una mujer que había capturado su atención y su deseo.

En medio de sus caricias y la pasión compartida, apareció Luis Enrique, la pareja de Liliana, cegado por los celos. La rabia lo impulsó a atacar a Francisco Antonio, sacándolo de la palapa y golpeándolo sin piedad hasta que el hombre quedó inmóvil. En un intento desesperado por ocultar su crimen, Luis Enrique arrastró el cuerpo de Francisco hasta el río Tuxpan y lo arrojó al agua, como si así pudiera borrar lo que había hecho.

Luis Enrique no huyó. No creyó en la magnitud de su propio acto, o tal vez simplemente no supo cómo escapar de la situación que él mismo había creado. Los detectives, al descubrir la identidad de Francisco Antonio, no tardaron en encontrar y arrestar a Luis Enrique, acusándolo de homicidio doloso calificado, bajo el proceso penal 214/2024.

Un triángulo amoroso había llevado a dos hombres a la ruina: Francisco Antonio al panteón y Luis Enrique a la cárcel. ¿Y Liliana? Nadie sabía con certeza qué fue de ella. Pero en Tuxpan, susurraban que seguiría adelante, como si nada hubiera pasado, mientras las vidas de los hombres que la rodeaban se desmoronaban en la tragedia…

En Tuxpan Veracruz Cualquier parecido con la Coincidencia, ES PURA REALIDAD.

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