La Inflación y el Cobro de Piso: Un Llamado a Claudia Sheinbaum

Con información de David Paramo, de Grupo Imagen.

En un país donde la inflación se ha convertido en una preocupación constante, la reciente declaración de David Páramo en televisión ha arrojado luz sobre una verdad incómoda: el impacto del cobro de piso del crimen organizado en la economía mexicana. Según Páramo, este fenómeno, tan extendido en todo el país, está contribuyendo significativamente al incremento de los precios y, por ende, a la inflación que hoy alcanza el 5.6%.

El cobro de piso, esa práctica extorsiva que obliga a comerciantes y empresarios a pagar una cuota al crimen organizado para poder operar, no solo mina la seguridad y la confianza en el sistema, sino que también encarece los productos y servicios que consumimos a diario.

Los costos adicionales que deben absorber los negocios inevitablemente se trasladan al consumidor final, creando una espiral inflacionaria que afecta a toda la sociedad, pero especialmente a los más vulnerables.

Este fenómeno no es nuevo, pero su impacto en la economía se ha vuelto más evidente y pernicioso. La narrativa que reduce la inflación a simples dinámicas de oferta y demanda omite el profundo y nocivo efecto que el crimen organizado tiene en nuestra economía. La violencia y la corrupción no solo destruyen vidas y comunidades, sino que también asfixian el crecimiento económico y la estabilidad.

El pronóstico de Páramo es sombrío: sin una intervención decidida y efectiva, será difícil que México recupere la estabilidad económica. Y aquí es donde entra Claudia Sheinbaum, la candidata electa que gobernará la república del 2024 al 2029. Su administración tendrá el desafío monumental de enfrentar este problema con la seriedad y la determinación que requiere.

Sheinbaum deberá hacer frente a una de las raíces más profundas de la inflación: el crimen organizado. Esto implica no solo reforzar las fuerzas de seguridad y mejorar la cooperación entre los diferentes niveles de gobierno, sino también atacar las causas subyacentes que permiten que el crimen organizado prospere, como la desigualdad, la falta de oportunidades y la corrupción endémica.

La lucha contra el cobro de piso y el crimen organizado no será fácil. Requerirá valentía política, recursos significativos y un compromiso inquebrantable con el estado de derecho. Pero es una lucha que debe librarse, porque de ello depende no solo la seguridad de nuestros ciudadanos, sino también la estabilidad y el crecimiento económico del país.

Claudia Sheinbaum tiene la oportunidad de marcar una diferencia significativa en la historia de México. Al enfrentar el crimen organizado con firmeza, puede no solo reducir la violencia y la corrupción, sino también aliviar una de las presiones más importantes sobre nuestra economía: la inflación. Es una tarea monumental, pero una que, si se aborda correctamente, podría transformar al país.

La pregunta ahora es: ¿Estará Claudia Sheinbaum a la altura de este desafío? ¿Será capaz de tomar las decisiones difíciles necesarias para combatir el crimen organizado y reducir su impacto en la economía? Solo el tiempo lo dirá. Pero una cosa es clara: la nación no puede permitirse el lujo de esperar.